top of page

La Unción

 

La unción divina de Jesús sobre nosotros es el revestimiento sobrenatural del poder del Espíritu Danto sobre nosotros, el cual nos permite realizar las mismas obras que Jesucristo hizo durante su estadía en la tierra (Lucas 4:14; Juan14:12). Solo revestido con este poder, fue que el ministerio terrestre de Jesús comenzó a manifestarse públicamente y sobrenaturalmente, y nosotros los hijos e hijas de Dios, habiendo sido predestinados a ser semejantes a la imagen de Jesús (Romanos 8:29), debemos estar siempre revestidos de esta Unción divina para que el Reino de Dios pueda tomar todo Su lugar en nosotros (1 Juan 2:20; 1 Juan 2:27) 

  

Por último, la unción sobre nosotros es Jesús en persona libre para actuar, ahora y cada día, a través de nosotros, demostrando Su existencia, revelando la Verdad, destruyendo las obras y las mentiras de satanás y derribando fortalezas de incredulidad. 

  

Desde el inicio del ministerio Centros Casa de Paz, Dios a través del Espíritu Santo colocó en nuestros corazones que era necesario que el Espíritu Santo fuera nuestro principal asistente e hiciera parte de todo lo que produjéramos: Libros, mensajes, música, publicidad, etc. Por ello, nos reveló un Logo que le representaría y que sería, por este mismo hecho, un poderoso y revelador mensaje para Sus hijos e hijas, que le aman con todo su corazón, y cuya significación principal es la siguiente: Sin esta unción de Jesús sobre nosotros, es imposible hacer el 100% de lo que Jesús mismo hacía. 

  

Veamos juntos lo que la Palabra de Dios nos enseña sobre este tema.  

  

En primer lugar, podemos leer la instrucción que Jesús da a Sus discípulos en Lucas 24:49, en la cual Él insiste en que Sus discípulos esperen lo que Dios Padre les había prometido. En Hechos 1:4, Jesús da nuevamente a Sus discípulos esta misma orden de que era muy importante esperar la promesa del Padre. Unos versículos más adelante, en el versículo 8 más precisamente, la Palabra de Dios revela la naturaleza de esta promesa divina cuando nos dice lo siguiente: «pero recibiréis poder, cuando haya venido el Espíritu Santo, Y ME SEREIS TESTIGOS en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.» 

 

Vemos aquí que Dios promete revestirnos del poder de lo alto, del cielo, y que ello es una condición obligatoria para representarlo como hijos e hijas y para ser los verdaderos discípulos de Jesús. 

 

Veamos otros pasajes poderosos que encontramos en la Palabra de Dios sobre este tema: 

 

Juan 1:32 «Juan dio testimonio diciendo: Ví al Espíritu descender del cielo como una paloma y permaneció sobre Él». 

  

Lucas 4: 18-19 «El Espíritu del Señor esta SOBRE MÍ, por cuanto me ha ungido para anunciar la buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor» 

  

 Lucas 10:19 «He aquí que yo os he dado potestad (autoridad) de hollar serpientes y escorpiones, y SOBRE TODA fuerza del enemigo (satanás), y nada os dañará». 

  

Marcos16:17-18 «Y estas señales seguirán a los que creen: En MI NOMBRE echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y SANARÁN.» 

1 Juan 2:27 «Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la Unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.» 

 

Vemos entonces la importancia y la necesidad de tener esta Unción sobre nosotros y la pregunta que podemos hacernos aquí es ¿por qué esta unción debe estar sobre nosotros? 

 

He aquí dos razones esenciales: 

    

1. La unción no es para nosotros, sino que es para nuestro prójimo. 

   

2. Sobre nosotros porque, aunque la unción sea ilimitada (Juan 3:34), tenemos la posibilidad en nuestra vida de sumisión, de consagración, de obediencia y de honorar a nuestro Padre Celestial. La unción es dimensional, extensible. 

  

Por esta revelación comprendemos que, sin esta Unción en nosotros, no tenemos ninguna autoridad sobre satanás en nuestras familias, territorios o en la realización del plan de Dios para cada una de nuestras vidas.  

 

En este sentido, hoy en día, por desgracia, no es difícil constatar donde está el Reino de Dios. Tenemos una iglesia donde Jesús, en muchos casos, no es el jefe supremo ni el maestro; una iglesia débil reducida simplemente a palabras e incapaz de manifestar el poder de Dios, y que no hace ninguna diferencia con el mundo alrededor de ella (Mateo 23:13) 

 

Satanás sabe muy bien que, sin la Unción en los hijos e hijas de Dios, estos no tienen autoridad sobre él, y por consiguiente están en la imposibilidad de reprenderlo. Wow! 

  

Siendo él (satanás) tan astuto, ha encontrado el medio de robarle a los hijos e hijas de Dios la autoridad que Jesús les dio con el precio de su vida en la cruz. Satanás, por este mismo hecho, convirtió la iglesia en tibia y conformista, una iglesia que se mezcla con el mundo y busca parecerse a la sociedad que está alrededor de ella. De este modo, ella se seca y se vacía del Espíritu Santo. 

  

Otra de las razones por la cual la iglesia de hoy es tan débil espiritualmente reside en la incapacidad, y aún en la falta de deseo de muchos hombres de Dios, de reprender los espíritus malignos. Por ello, la Unción en muchas iglesias ha sido sustituida por el carisma; la consejería ha reemplazado la liberación; la razón y la lógica humana han reemplazado la fe. El espíritu Santo ha sido puesto de lado, contristado y apagado; los apóstoles, los profetas y lo sobrenatural de Dios han sido reemplazados por los administradores, los directores y los diversos y múltiples programas, siendo con frecuencia todos ellos vacíos, tanto los unos como los otros. 

 

Sin embargo, la Palabra de Dios nos proporciona las advertencias siguientes:  

    

1 Tesalonicenses 5:19 "No apaguéis el Espíritu Santo". 

  

Efesios 4:30 "No contristáis al Espíritu Santo de Dios por el cual han sido sellados para el día de la redención". 

  

Son 2 mandamientos de Dios que debemos observar escrupulosamente. 

 

El director y el Administrador del reino de Dios. 

  

El Espíritu Santo es el director y el administrador del Reino de Dios en la tierra; sin Él y sin el poder que Él nos confiere no podemos cumplir nada que pueda verdaderamente glorificar a nuestro Padre celestial y ser verdaderas fuentes de bendiciones para nuestros respectivos territorios. Él es nuestro divino consolador (Juan 14:26). Él nos conduce a toda la verdad, es Él quien cumple las señales, prodigios y milagros y que nos permite vivir lo sobrenatural de Dios.  

 

¿Es posible tener esta Unción hoy en día?  

  

Continuará….  

 

 

 

Juntos para el Reino de Dios

Juan 13:35

Apóstol Julien Tardif

Ensemble unis par Jésus | Jean 13:35

Logo Maison de Paix - ECUSSON.png
bottom of page