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Profecía

Hijo mío, yo te creé dice el Señor. Tú estabas en mi presencia antes de la fundación del mundo, yo tenía una relación íntima contigo. 

 

Yo te envié a la tierra, así como envié a mi primer hijo Jesús. El vacío que sientes en tu corazón hoy, es la falta de mi presencia en tu vida. En verdad, en verdad te digo sólo Jesús puede llenar ese vacío en ti y restablecer la relación de amor y de intimidad que teníamos antes de la fundación del mundo. Jesús es el único camino, la única verdad y la única manera de volver a mí hoy y por la eternidad, y de apropiarte de la vida que yo predestiné para tí en la tierra y en los cielos. Como tú no escogiste ser creado, yo te envié a la tierra para que decidieras en qué lugar deseas pasar la eternidad. 

 

Porque yo creé un plan para tu vida, así como creé uno para mi primer hijo Jesús. Un plan donde, al ejemplo de Jesús, yo pueda manifestarme libremente en la tierra, a través de tu vida hoy 

 

Yo necesito de ti para que tú seas la sal de la tierra, la luz de la tierra en tu territorio, trayendo esperanza, un sabor diferente, una luz que conduzca las almas que están alrededor tuyo a la salvación. Así como lo hice en la vida de mi primer hijo Jesús donde me manifesté libremente en Él y a través de Él. Por amor a ti, yo lo envié a la tierra para que pudiese ofrecerse como sacrificio tomando sobre Él todo el sufrimiento que Satanás tenía para ti, todas las decepciones, todas las ofensas, todos los abusos, todos los temores y preocupaciones que tú has sufrido en la vida. Para que por Su sangre y por Su cuerpo magullado tu pudieses ser perdonado de tus pecados, desobediencias, compromisos, falta de perdón, con el fin de que seamos reconciliados para volvernos uno con Él. Porque es mi voluntad que estemos siempre unidos.  

 

Yo no te prometí que la vida sobre la tierra sería perfecta, pero te prometí que yo estaría siempre contigo porque antes que estuvieras sobre la tierra, yo había ya proporcionado todo de lo que tendrías necesidad con el fin que yo pudiera manifestarme libremente en tí y que tu pudieses tener éxito en tu vida en la tierra y en la eternidad. Hijo mío, te ofrezco ésta vida hoy. ¿Qué vas a decidir, hijo mío? Como mi palabra te ensena en Efesios 4:5-6: «Hay un solo Señor, una sola fé, un solo bautismo, hay un solo Dios, el Padre de todos, que reina sobre todos, actúa por todos y en todos.» Yo te llamo hoy a cumplir mi voluntad en tu vida. Quiero ser tu Padre celestial, dice el Señor. 

 

Juntos para el Reino de Dios

Juan 13:35

Apóstol Julien Tardif

Ensemble unis par Jésus | Jean 13:35

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